sábado, 7 de diciembre de 2013

¿Enamorarse o Amar?... esa es la cuestión

Hay quién dice que el enamoramiento es pasajero, algo fútil que nos hace perder la cabeza cuando tenemos ojos de adolescente y que, a medida que asoman las canas, se aparca y queda como un recuerdo delirante y lejano. Dan a entender que enamorarse es un proceso febril y temporal, que no es tan especial, que se acaba y te deja tirado en una cuneta, arrebatándote esa magia tan placentera que te hace sentir en estado de levitación.

Fotograma de "Dolls" de Takeshi Kitano, una de mis películas favoritas. Fuente: cinematradicional.com

A los jóvenes se nos mete miedo fácilmente en este aspecto. Somos así, estamos acostumbrados a aprender con lo dictado más que con lo vivido... reflejos de la infancia. Pero también, fruto de nuestro espíritu rebelde, tenemos la capacidad de desafiar a quienquiera que se atreva a prohibirnos algo. 

Decir que algo tan bueno se acaba es no dejar volar a quien recibe ese consejo... Y volar es lo mejor que puedes sentir en esta vida. Una vez se emprende el vuelo uno no quiere bajar, y menos que lo bajen, así que, le digan lo que le digan, no será tenido en cuenta.

Pero no, las personas tendemos a identificarnos con los demás y, si hay un vínculo afectivo de por medio, seguramente demos esta clase de ridículos consejos para evitar que nuestro amigo/a sufra una situación similar a la que hayamos podido vivir nosotros, creyendo así que le estamos haciendo un gran favor. Nada más lejos de la realidad, desde mi humilde punto de vista.

Este punto de vista mío quizá pueda tomarse como el de otro joven más, pero, lo cierto es que, además de joven, soy un buen observador. Aprendo de lo que veo e intento no creer a 'pies juntillas' lo que me dicen, y sobre todo, no extrapolar mis experiencias como algo general, ni siquiera para mi mismo. Me gusta observar las cosas desde distinta perspectiva.

A riesgo de ser rebatido y contradicho e incluso tachado de iluso, tal vez por esa misma condición de joven o tal vez por demostrar una soberana ignorancia, me he atrevido a formular tres pautas derivadas de esta observación /investigación mía sobre el amor.

  • 1- El enamoramiento es un proceso que precede al amar, y amar es un estado. Enamorar no es algo perpetuo, no se puede estar siempre enamorando a una persona, pero si amándola, amar si puede ser algo perpetuo. 

  • 2- Todo puede perderse o no, el problema no está en el amor o en el enamoramiento, el problema está en las personas. Pasan los años, la gente envejece y, por norma general, pierde las ganas de luchar, la fe (en un sentido aconfesional) de cuando se es joven. El amor a veces es lucha y la falta de fe lo castiga, debemos intentar que la vejez solo afecte a nuestro físico, no a nuestra mente.

  • 3- El miedo no abandona. Los consejos suelen ser fruto de un miedo y tienen como objetivo evitar un comportamiento equivocado, pero debemos ponerlos en entredicho. No debemos tener miedo, si hay algo que me gusta especialmente son los retos, cuando alguien da un consejo o una advertencia como las que he mencionado antes, lo primero que deberíamos hacer sería desafiarlo.

Con estas pautas la conclusión se me antoja simple: No debemos tener miedo, tras el enamoramiento puede venir algo mejor...Debemos cargarnos con fe y luchar por que así sea, si de verdad lo deseamos. Si tras el enamoramiento se acaban las ganas, quizá sea que no merecía la pena. 

Pero bueno... ¿qué hago?,¿estoy dando un consejo?, ¿después de todo lo que he dicho?...